Conforme pasan los años, y vamos pasando por experiencias (puntualicemos que lo bueno vivido son "recuerdos" y lo malo "experiencias") nuestras reservas de credulidad, de ilusión, de confiar nuestra existencia a otro ser humano, de volvernos a enamorar, de "empezar de nuevo" van disminuyendo a niveles bajo mínimos, y es cuando decidimos, "verlas pasar"
...Es cuando asumes esas soledades a veces no deseadas, pero si, impuestas por nosotros mismos para poder "respirar" para comprobar que no necesitamos de otra persona para poder vivir...Qué la felicidad que nosotros mismos no podamos proporcionarnos, no nos la podrá proporcionar nadie...
Pero un día sin previo aviso...Voilà! Aparece alguien, y entre líneas, "envolviéndote" con sus charlas va diciéndote más de lo que quiere, (a lo que tu respondes de igual manera) compartiendo tiempos, y gritando entre silencios, te dice: "Soy lo que volverías a hacer..."
Interiorizas la frase, en primera instancia la procesas, te gusta, te gusta mucho, y de sopetón, percibes que tiene razón, es... "Lo que volverías a hacer..." Alguien o algo lo ha puesto en tu camino para recargar esos depósitos agotados por esas experiencias que nos podíamos haber ahorrado...o no? Seguramente si, nos las podíamos haber ahorrado, pero eran necesarias, para llegar a ser quienes somos, sentir como sentimos en estos momentos, y poder percibir a ese alguien, que a lo mejor, y solo a lo mejor, en otras circunstancias ni tan siquiera hubiésemos reparado de su existencia...Y llegados a este punto, ahora eres tu quien te encuentras preguntándote...Y yo? Soy yo, lo que volverías a hacer?
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